jueves, 24 de diciembre de 2009

Despedida

¿Por qué siento esta como una despedida, como un final? Hoy te veo muy bien, sonriente porque vas a descansar, pero ¿yo? No se si estoy feliz por lo mismo, porque tú estás feliz o por tu proximidad o todo se ensombrece por la duda de no verte más, por la certeza de que te voy a extrañar, por el pesar de que tal vez a ti, eso no te va a fastidiar. O la vida es un juego o yo soy la única que quiere jugar pero si hago lo que estoy pensando del campo de juego quizás que quieras echar.

¿Por qué hacerlo ahora, solo hasta el final? No lo has pensado ni tan siquiera sospechado, pero porque no intentar. Transformar el último de los momentos, hacia el primero de algo más. Bueno o malo, al diablo, ahora justo ahora no importa, pero algo más a la final. Si pudiera conmigo misma, si tan solo lo pudiera intentar! La valentía más grande dentro de la miseria de mis silencios, o la cobardía más asquerosa dentro de lo mucho que debería…

¿Porque no puedo dejar de mirar tus labios? Las ideas vienen a mi mente, estas malditamente cerca y me vas a obligar a hacer lo que mi parte coherente me dice no pensar. ¡Que clase de loca se acerca a tu cuerpo y lo toma y luego huye así sin más! Poner mis manos sobre tu cuello, mis labios sobre los tuyos y dejar que mi boca sea quien gobierne a la tuya, sé que eso si podré lograr, aunque sea tan solo unos segundos… donde no pensaré ni en el resto del plan. Y es que es tan simple como huir… Huir con el tesoro robado, huir con la esencia de tus labios deseados.

¿Por qué no me quedo en vez de huir? Tú lo sabes, anda, o por lo menos lo puedes imaginar. Porque se lo que me dirás, porque lo entiendo, porque lo acepto. Porque preferiría correr en medio de una tempestad con un largo y empapado vestido y zapatos altos de cristal a oírte decirme fresca, tranquila y seca “Lissette, no te quiero. Al menos no de esa manera” Oh, que bello final! Solo una necia cambiaría el último recuerdo, de tus labios sin quererlos sobre los míos, por tus labios lastimándome sin quererlo.

¿Porque aún quiero hacerlo, si se lo que pasará? Tonto, mil veces tonto, pues es porque tú no! Porque lo llevo sola, lo llevo triste, lo llevo sólo yo. Ha sido así durante tanto tiempo que lo mínimo que merezco es robarte un beso, probar tus labios, drogarme con el sueño hecho realidad. Y si de ti nunca nació dármelo, yo lo tomaré. Lo tomaré aún y con tu desconcierto, lo tomaré embriagada de mi propia inseguridad. Lo tomaré para que cada que piense en ti y tú no estés, ese recuerdo venga a mi cabeza y yo pueda cerrar mis ojos y entregarme a él.

Y luego saldré de mi ensueño, o sino puedo, alguien me sacará y frente a frente a la realidad pelear con las imágenes que me abordarán, las de ti besando a alguien más, a quien le eres correspondido, a quien tú anhelas besar.

Un año. Ni prosa. Ni verso.
Sólo Letras. Una memoria. Lo que nunca pudo pasar.
Miércoles, 23 de diciembre del 2009
© Ronquillo L.N.

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