jueves, 24 de diciembre de 2009

El Susto

No lo piensas tanto hasta que te sucede. No lo sientes tanto hasta que te sucede.

La noche que vi Luna Nueva no pensé tanto en lo del asalto: o mi subconsciente lo evadió muy bien o el amor es ciego y ahora también amnésico. Yo y mi amiga nos asustamos bastante, obviamente e incluso hubo un momento –en el bus- que lo único que pasaba por mi mente era “Dios, que no maten a nadie, que no maten a nadie”, pero una vez afuera el susto y cuando decidimos salir del On The Run para ya ir al cine (sin comer porque de momento, por alguna extraña razón ¬¬ no teníamos hambre) y en el mall apenas y momentos lo recordaba, como lo sucedido en si, no la parte del miedo y eso.

Al día siguiente, cuando iba para el trabajo –en otra línea- cuando llegamos a la parte donde los ladrones habían sacado las armas y decidido robar lo recordé nuevamente, me estremecí. A la noche tenía que ir a la Universidad y al coger el bus pasó primero la 124 y no la 82, en el fondo eso me produjo alivio. Aunque nunca temí a esa línea y lo mismo sería que decidan robar en la otra, me sentía un poco más segura en la 124. Igual y ahora me siento más incómoda que antes andando en bus.
Y mientras antes (en esas líneas, al norte de la ciudad porque al sur no lo hacía) iba escuchando música del celular –con los audífonos- o contestaba una llamada entrante (lo cual, lo segundo mi madre me hubiera renegado y a lo primero de plano regañado… y sabiéndolo yo no presté nunca atención) ahora no quería ni mirar la hora desde el celular, ese día los ladrones que habían ido todo el camino como pasajeros tenían muy en claro a quién apuntar con la pistola o “pegarle un tiro sino te daba nada”. Si se suben dos por esas zonas me entra el miedo, si el bus está lleno como aquel día también, sino está muy vacío también. No es que viva con miedo, o que antes no temiese los peligros de la inseguridad en la ciudad, es que ahora sé lo que se siente estar ahí y aunque Dios me guardó esa noche a mí, a mi amiga y a mis cosas, no quisiera volver a vivirlo.

Nunca den nada por hecho, no saquen ipods, celulares o billeteras en los buses. Y si les toca vivir algo parecido no hagan enojar a esos desgraciados que lo menos que uno quiere en ese momento es que le disparen a alguien en un bus repleto de personas (y eso que uno lo escucha en las noticias y no le aterra tanto como si estuviese ahí)


Hace meses yo me subí al bus para ir al trabajo, a otro, y justo el semáforo se puso en rojo ahí cerca de la parada donde me había subido, estaba yo mirando por la ventana cuando escucho el grito y veo a un tipo correr. Una señora estaba subiendo al bus y un tipo se pone atrás (como que va a subir también) y a lo que la señora se distrae subiendo le jaló los aretes y salió corriendo. Desde ese momento vigilo bien donde estoy parada y al momento de subir al bus es cartera hacia adelante y rápido que no quiero que nada me pase.

Las experiencias, las experiencias…

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