jueves, 24 de diciembre de 2009

PODER

Hace tiempo leí una frase que por lo contundente y pequeña suelo recordar textualmente:

Esto es poder: tomar en tus manos el miedo de otra persona y mostrárselo.


A ti te suena a persona perversa jugando con su adversario cruelmente, pero que te suceda aunque sea en menor escala es horrible. Y si no son tus adversarios es doblemente horrible. Que sea “sin intención” es triplemente horrible y que tu sepas que no DEBERIA ser para tanto, lo es un tanto más.

Todos tenemos nuestras fobias, y creo que eso merece cierto respeto. Y ni siquiera hablo del miedo, hablo de una fobia, y aunque no tengo un título de psicología (que dicho sea de paso después de leer “Psiquiatras, psicólogos y otros enfermos” no quiero ni necesito) creo que una persona es capaz de determinar cuando su miedo se convierte en una aversión descarada e irracional hacia algo.

Odio los grillos, y estúpido o no, no puedo hacer nada contra ello. Y aunque me controlo lo mejor que puedo, y aunque trato de evadirlo lo mejor que puedo, una vez defensas abajo todo se me sobredimensiona… Es como si me pusiera una capa encima, una que me dice no temas, no temas, no pueden hacerte nada, todo esta bien, pero una vez el miedo se apoderó de ti te quedas indefensa y débil frente a tu miedo, y no hay palabra que te devuelva la paz, y no hay gesto o disculpa que te hagan olvidar lo mal que te sientes y solo quieres poner distancia entre ti y tu miedo.

Esa noche no pudo haber terminado peor para mí. Y si la hubiera terminado con miedo pero al menos terminado hubiera sido feo, pero terminarla como me sucedió a mi, de seguro será “una noche que nunca olvidaré”. Saltaba al menor movimiento, al menor ruido… del frío que tenía pasé a un calor asfixiante y como suele sucederme comencé a decirme “respira, respira” al compás de una respiración que en nada me aliviaba. Estaba afectada y en cierta medida enojada y decepcionada. No me importaba –ni ahora- decir lo horrible que la estaba pasando, recordaba cosas parecidas que me habían sucedido y me atemorizaban más y recordé a cierta persona que desee que estuviera a mi lado, realmente me conocía y sabría lo mal que lo estaba pasando. Y no solo eso, sino la confirmación que no soy tomada en serio y valorada. Primero fueron los grillos, luego los grillos y las personas.

No tengo como enojarme con quien no me quiere y conoce, es como pretender que las personas sean brujas, pero con quienes dicen “quererme mucho” y creen conocerme… bueno, tampoco hay enojo posible como he dicho ocasiones anteriores, no sirvo para ello; pero si cierto sabor amargo en la boca, decepción.

Porque asumo que muchas veces les habré fallado, pero nunca tomaría sus miedos y jugaría con ellos, que es igual o peor que, que tomen tus sueños y jueguen con ellos. Yo bajo ningún concepto pedía atención o que se haga lo que yo quisiera (que en ese momento era alejarme de ahí), pero tampoco creía merecer trato por demás injusto. Si bien mientras ellos miraban lo lindo de la ciudad de noche, yo acaso podría ver las luces y el río más que el suelo y los alrededores? Y dije algo? No! Solo permanecía callada y en busca de control porque no quería arruinarles su momento, estaban pasándola bien. De verdad, no quiero sentirme así y es Navidad pero, soy un ser humano, soy solo una chica tonta y chillona que no es la mujer fuerte que quisiera ser pronto, porque si no es el uno, son los otros, y sino los de mas allá. Y a la final no se si me molestó más los grillos o el resto… Una vez alejada lo medianamente posible sólo pensaba en ciertas actitudes que lejos de sentir cierta empatía a mi estado iban hacia el camino opuesto, soy acaso una idiota por tener miedo? O solo ciertos miedos son justificados? Los míos por supuesto, no. Creo y posiblemente estoy segura, que a lo mínimo que yo tenía derecho era a retirarme, a lo mínimo que tenía derecho era a hacer lo que no quise hacer desde un principio preocuparme por mí en vez de preocuparme que el resto siga pasándola bien.

Además que al final, como ya supe, ellos si que la pasaron bien. Y Lissette? Ah, sí! por alguna razón que aun no puedo entender no pude dormir; y no es que cerrase los ojos y viese grillos era simplemente que dormía y despertaba sobresaltada y volvía a dormir y de repente me despertaba nuevamente bruscamente. Hay experiencias que al parecer realmente quedan en el subconsiente. Al menos en el mío, porque no me extrañaría que haya una segunda vez (que realmente sería TERCERA) y nuevamente “no reparen en ciertos detalles”. Lo siento.

No hay comentarios.: